jueves, 15 de septiembre de 2011

A la vuelta


No sé por qué me asombro. Lo digo porque esa ha sido mi primera reacción ante el tremendo palo que ha dado la señora presidenta (no se merece ni las mayúsculas, no porque una cometa faltas de ortografía como la susodicha, es que hoy no me sale la educación) a la educación en la Comunidad de Madrid.
¡Menos mal que la educación era su proyecto estrella en el programa electoral de las pasadas elecciones municipales! Sí, hombre. Me refiero a esas que se celebraron en mayo de este año. Esas en las que se hartó de repetir una y otra vez que lo que ella y su partido buscaban era una educación de calidad. Claro, de calidad para ella y los suyos (me refiero a los que disponen de posibles). Digamos que con la reducción de profesores que ha llevado a cabo, muchos de los alumnos de los centros públicos de E.S.O. se quedarán sin profesores de apoyo, es decir, que si ya el nivel de aprobados era bajo, el nivel de abandono alto, ahora no quiero ni pensarlo. ¿Que nuestras hijas e hijos necesitan un profesor de apoyo? A rascarnos el bolsillo. ¿Que no tenemos dinero? ¡Ah!, se siente. Haber nacido rico, o haberte llamado Esperanza Aguirre, Mariano Rajoy, etc., etc.
¿Y lo que piensa hacer con la "Factura sombra" de la sanidad? Bueno, eso no tiene desperdicio. Según ella entregará a final de año una factura (no recuerdo ahora el nombre del hospital, creo que era el Ramón y Cajal, pero tendría que confirmarlo) a todas aquellas personas que hayan sufrido una intervención quirúrgica con hospitalización posterior. Esta factura será tan sólo informativa. El año que viene piensa establecer este tipo de "información" en los centros de atención primaria y entregar esta "factura sombra" a todos los pacientes que visiten más de cinco veces al año al médico de familia. La factura se entregará una vez al año. Repitió varias veces que sólo es a título informativo y para que todos sepamos lo que le costamos a la sanidad. ¿Me quiere alguien explicar cuánto va a tardar en instalar el tan traído y llevado copago? Nada. En cuanto nos descuidemos.
Menos mal que ella y los suyos siempre han defendido una sanidad pública y no han pensado nunca, jamás en el copago. Claro, como el resto de españolitos de a pie no nos llamamos Esperanza Aguirre tenemos que esperar una media de un mes para operarnos de un cáncer de pecho. Y luego hablan de reducciones en la lista de espera. AHora hay lista de espera hasta para asistir al médico de familia o al pediatra. Tú llamas porque tu hija o hijo han tenido durante la noche 39 o 40º de fiebre. Te dan cita para tres o cuatro días después si quieres que le vea su pediatra. ¿Libre elección de médico? ¡Ja! ¡Vergonzoso!
Lo que realmente no entiendo es por qué esta señora ha vuelto a ganar por mayoría absoluta en la Comunidad de Madrid, ciertamente, no lo entiendo.
Mila.

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